A la hora de personalizar un Civic Coupé, al igual que con muchos otros coches, se puede optar por varios estilos. En los últimos años se han multiplicado los proyectos de estilo Import, pero excesivamente influenciadas por la saga de Fast & Furious y centrándose en el aspecto estético, dejando de lado el mecánico. En este caso los chicos de “28ma9team” se han centrado en la mecánica. Hasta el punto de considerar que sería un sacrilegio esconder todo ese trabajo debajo de un vulgar capó... Este Civic carece de capó. Y es lo que nos permite disfrutar del enorme trabajo efectuado sobre el bloque B16A VTEC de 160 CV. En este caso, no se trata de un kit de motorización completo o simplemente de comprar todas las referencias de un determinado fabricado. Han preferido escoger cada elemento por separado en función de sus necesidades y, sobre todo, de presupuesto. Y es que algunas piezas son de tipo OEM (Mugen y Honda Civic e Integra Type R), mientras que otras son de segundo equipamiento.
El Audi A5, presentado en 2007, se inspira en el concept car Nuvolari quattro del salón de Ginebra de 2003. El A5, bautizado como 8T a nivel interno (8T3 para el Coupé, 8F7 para el Cabrio y 8TA, para el Sportback), marcó el retorno de Audi al mundo de los coupé de gran turismo, segmento del que estaba ausente desde el fin de la producción del Coupé derivado del Audi 80 (B3/B4). El A5 fue también el primer Audi en utilizar la plataforma MLP (Modular Longitudinal Platform), una plataforma caracterizada por montar el motor detrás del eje delantero y no sobre o delante él, como en los anteriores Audi, en pro de un mejor comportamiento dinámico. Debidamente modificada, además de servir para el actual A4, esta plataforma dio lugar a los actuales A6 y A8. Siguiendo con las victorias en resistencia, especialmente en las 24 Horas de Le Mans, de los TDi, el A5 estuvo disponible desde el principio con motorizaciones diésel. Los más puristas dirán que es una herejía, pero las versiones animadas por los V6 TDi ofrecían una experiencia de conducción similar a los gasolina. Incluso el ruido (salvo al arrancar, obviamente) era más próximo al de un V6 gasolina que no diésel.
El Golf GTi es todo un icono del automovilismo. Desde el MkI de los años 70, gracias a su mezcla de ligereza, buen chasis y potente motor, se ha convertido en el compacto deportivo por excelencia. Las generaciones fueron pasando y, con el Golf III, el espíritu se perdió un poco. De hecho, el verdadero deportivo de la gama Golf III era el VR6 y no el GTI. Con la cuarta generación, la cosa empeoró, pues el GTi subió de peso (como a cada nueva generación) y el motor 1.8 litros turbo, con culata de 5 válvulas por cilindro, se conformaba con 150 CV. Es cierto que la serie limitada del 25º aniversario, equipada con una nueva variante de tubo KKK y que desarrollaba 180 CV ayudó a recuperar un poco la imagen del GTi.
fotografias . Victor Gascon report para la revistas GTI mag España y Fancia